Durante años se tuvo la creencia del maíz transgénico era más rentable, ya que cuando había plagas necesitaba menos insecticidas para tratarlas. Pero recientemente se ha descubierto que pasados diez años de cultivo transgénico, los beneficios de este maíz desaparecen, y se debe incrementar el uso de pesticidas e insecticidas que se utilizan contra este tipo de plagas. La razón básica es que los insectos generan resistencia a este tipo de productos.

También es interesante tener en cuenta la advertencia de la EPA (Agencia de protección ambiental americana), que concluye que los gusanos y los insectos que ya son resistentes a la toxina Bt que contiene el maíz transgénico, tienen más facilidad a desarrollar resistencia a otras variedades de maíz.

Para los expertos la única solución radicaba en fomentar el cultivo de un porcentaje de maíz tradicional dentro de los campos de maíz transgénico, para que fuera el merendero de los insectos y así estos no atacaran al maíz transgénico. Con este tipo de acciones se pretendía reducir el riesgo a que los insectos desarrollaran resistencia a las toxinas Bt que forman parte del maíz transgénico, pero esta medida tampoco ha funcionado.

Si os interesa el tema y queréis ampliar la información sobre el mismo, os podéis dirigir al artículo que recientemente ha publicado el portal Grist sobre el tema.