post_Ylla_1878

Frente al aumento de consumo de pan integral, en un artículo reciente una periodista se preguntaba si había pan realmente integral en el supermercado.  Y la conclusión a la que llegaba es que, en la mayoría de los casos no, ya que por algunas de sus características (especialmente su menor longevidad) este pan no es compatible con el modelo de negocio de las grandes superficies.

El pan integral es el que se elabora con harina –en general de trigo común- que contiene el grano entero molido. Es decir, que nos aporta los tres componentes, el salvado, el germen y el endopermo.

Sin embargo a menudo el pan que se vende como integral es el resultado de mezclar harina blanca con un porcentaje de salvado que lo hace más negro y permite decir que es „alto en fibra“. Pero en realidad a este pan se le ha eliminado el gérmen, porque es donde se encuentran los lípidos que provocan el enranciamiento de la harina. Además en España las leyes de etiquetaje son bastante laxas y basta con introducir un porcentaje de harina de grano entero para poder catalogar un pan como integral. Así pues, en la mayoria de los casos la harina integral sólo supone un 50% de los componentes.

A nivel visual tambien hay confusiones. Por ejemplo, se da por sentado que porque n pan contenga semillas o sea muy oscuro ya es integral. Pero que el envase diga „multicereales“ o „contiene semillas“ sólo significa eso, que está hecho de varias semillas y cereales. A veces entre estos cereales puede haber trigo común entero, aunque en proporciones generalmente bajas. Otras veces, simplemente no hay.  Por otra parte, que el pan sea muy oscuro a menudo sólo indica que se le ha añadido harina de centeno, el grano de la cual es negro aunque haya sido refinado.

Una buena opcion para saber si el pan que tenemos delante es realmente integral es mirar la etiqueta: si el primer ingrediente no es harina de trigo entero, no es pan integral.