Desde hace años, en distintos puntos del país se desarrollan proyectos dirigidos a la mejora y la preservación de la calidad de nuestro entorno natural, a partir de prácticas agrarias más respetuosas y con el valor añadido de obtener materias primas de alta calidad y finalmente productos más sanos y sabrosos.
Hoy queremos hablar de Gallecs, un territorio rural situado en la Plana del Vallès, con un modelo de gestión agrícola particular dirigido claramente a preservar tanto los valores naturales como culturales del territorio.
Este espacio rural de 733.52 hecáreas conserva sus valores naturales y paisagísticos en un entorno fuertemente transformado por la presencia humana. Su actividad principal es la agrícola, que ocupa un 75% del territorio, y su modelo agrario se basa en una gestión más sostenible del territorio, tanto en términos ambientales como económicos. Una parte importante del proyecto es el cambio progresivo a la agricultura ecológica, que empieza a implementarse el 2005 con la participación de 16 productores del territorio.
El resultado de este plan de reconversión, que se basa en la calidad de los alimentos, la seguridad alimentaria, las buenas prácticas agrarias, el respeto por el medio ambiente, la viabilidad económica y el comercio de proximidad, ha sido la obtención de productos ecológicos como el pan de espelta, las harinas ecológicas, resultado de los trigos antiguos que se conrean en el lugar como la espelta, la xeixa, el trigo Montcada (originario del Vallès) y el trigo persa, la “mongeta del ganxet” (un tipo de judía blanca muy fina al paladar), el garbanzo pequeño y las hortalizas de temporada y cerveza ecológica “toc d’espelta” entre otros.
Estos productos se han podido obtener gracias a los proyectos de investigación de recuperación de trigos alternativosa que se han llevado a cabo también en Gallecs, especies antiguas de trigo que permiten un tipo de agricultura poco agresiva con el medio ambiente, y que, además, son de un alto valor gastronómico y nutriticional.
