Terminamos el mes con un post sobre uno de los platos más internacionales y que seguramente muchos turistas habrán tenido la oportunidad de probar durante sus vacaciones: el pan con tomate.

El inicio de este plato de aprovechamiento se sitúa en 1884 en Cataluña, según el periodista y gastrónomo Néstor Luján, pero la verdad es que rápidamente se expandió por todo el mediterráneo, hasta llegar a Andalucía.

El elemento principal de esta receta es el pan, que debería ser pan de payés artesanal y elaborado con masa madre. También son imprescindibles los tomates, la mejor variedad para elaborarlo son los tomates de colgar, ya que mientas están colgados pierden acidez y parte del agua de la pulpa, concentrando todos los aromas y sabores. El mejor aceite para hacer pan con tomate es el aceite de oliva virgen de variedad arbequina, picual o picuda. Finalmente sólo nos falta la sal que se recomienda poner antes del tomate porque así se extiende mejor sobre toda la superficie del pan.

Otro punto importante sería la técnica, el pan con tomate original se elabora refregando el tomate con el pan, nunca rallando el tomate y poniéndolo en un bol para después ponerlo sobre el pan, ya que este quedaría demasiado mojado.